Creados en la década de 1940 en colaboración con Pablo Picasso, estos pasteles cremosos, parecidos a un lápiz labial, son ricos en pigmentos, cubren bien y tienen una opacidad y resistencia a la luz excepcionales. Se pueden adelgazar con trepentina y trabajar con un cepillo, están libres de ácido y se pueden aplicar a cualquier superficie. Están hechos con pigmentos de alta calidad, un medio de unión sintético extremadamente puro y cera mineral. Los pigmentos se muelen con un medio de unión inerte y no secante que no se oxida, lo que garantiza la estabilidad de la película y la superficie. El equilibrio de esta mezcla da como resultado una textura cremosa que invita a trazos anchos y libertad de expresión. El alto contenido de pigmentos da como resultado un alto potencial de coloración y cobertura y un excelente brillo.